Cuando uno o varios emprendedores, inician una aventura empresarial o profesional, deben ser conscientes del grado de conocimiento y control que tienen en cada uno de los tres campos que configurarán su hoja de ruta, a saber, el técnico – todo aquello que tenga que ver con el conocimiento del producto o servicio con del que van a trabajar-, el comercial – como lo van a hacer llegar a sus potenciales clientes- y el financiero – quien y como va a portar el capital suficiente para ello.
Si todos ellos están suficientemente controlados podemos plantearnos “lanzarnos al ruedo” a sabiendas de que nos encontraremos con enormes obstáculos y dificultades, pero -cuanto menos- hemos trabajado cada uno de dichos aspectos, pero normalmente no suele ser así y en alguno de estos campos existen dudas, desconocimientos o, directamente, falta de previsión y análisis.
Nosotros, como asesores, siempre que vemos que el proyecto no es suficientemente sólido, aconsejamos dar marcha atrás y “gastar” más tiempo en reforzar el proyecto para evitar daños mayores.
Ejemplo de proyectos emprendedores
Este sería el punto de partida válido para cualquier tipo de proyecto. Vamos a suponer que un proyecto lo inician tres emprendedores que constituyen una sociedad.
Uno tiene un perfil técnico y va a asumir el control del área tecnológica, conocimiento del producto, opciones de mercado, etc, un segundo con perfil comercial va a ser el responsable de penetración del producto o servicio en el mercado, acceso a potenciales clientes, comunicación, marketing, etc… y un tercero capitalista que va a aportar capital suficiente para financiar el proyecto.
A partir de este punto, el proyecto puede arrancar una vez se ha trabajado con el plan de negocio, se han repartido las responsabilidades, se ha analizado la competencia, e incluso hemos contratado una gestoría para que nos ayude en la presentación de impuestos y la confección de la contabilidad, etc…podemos pensar que ya tenemos controlados todos los inputs que podemos necesitar… pero no es así.
Externalizar los servicios clave
Existe un área que dependería de la propia gerencia de la empresa y que englobaría todo aquello que no es estrictamente técnico, comercial, ni financiero, por ejemplo:
- Análisis y seguimiento de la contabilidad analítica: Márgenes por producto, familia, zona, delegación, etc…: Muy importante conocer si ganamos o perdemos no a nivel global, sino detallado
- Planificación financiera: Tan importante como nuestra cuenta de resultados será conocer nuestros plazos de cobro y pago. Este tema suele quedar relegado a un segundo plano, pero es extremadamente importante.
- Información de que hace nuestra competencia: Que productos gestiona mejor, sus precios y márgenes, campañas, etc… : Normalmente el área comercial controla su propia actividad pero no la información analítica de la competencia
- Subvenciones y ayudas: A menudo, muchas ayudas y subvenciones autonómicas, estatales o comunitarias no agotan sus recursos por desconocimiento de las propias empresas del acceso a ellas.
- Estructura accionarial presente y previsión futura de la empresa: Ver en cada momento si el porcentaje de cada socio, responsabilidad, poderes, etc… es el adecuado. Planteamiento futuro en base a criterios comerciales o familiares. Opciones fiscales bonificadas, etc…
- Planteamientos fiscales para optimizar su tributación: Cuando la sociedad crea excedentes que van a ser reinvertidos en otras inversiones, opción de creas estructuras Holding siguiendo opciones fiscales bonificadas y cumpliendo criterios legales.
- Vinculación socios/empresa: En la medida en que los socios son a la vez accionistas y trabajadores, ver las implicaciones y mejores opciones para coordinar ambos campos en la medida en que están directamente interrelacionados.
- Coberturas legales: No centrarnos sólo en los seguros de activos, local, responsabilidad civil, etc… sino ver la conveniencia -en determinados casos- de cubrir riesgos derivados de la propia responsabilidad del administrador, informáticos…
En definitiva, es muy importante no centrar todos los recursos tan sólo en aquellas “obligaciones” que nos exige la normativa legal sino poner especial atención en aquellos no obligatorios pero que van a ser decisivos para el devenir de nuestro negocio.
Es algo que nosotros siempre repetimos, no conformarse con que cualquier gestoría – a veces la más barata- nos ayude a presentar impuestos y a gestionar nuestra contabilidad- sino acompañarnos de quien puede ayudarnos en gestionar mejor nuestro negocio.
Nuestra experiencia nos dice que en la mayoría de los casos, el fracaso de un proyecto empresarial por parte de emprendedores, es debido justamente a esto:
La empresa ha ido creciendo pero ha mantenido la estructura, aparecen nuevos retos que implican decisiones para las que no está preparada, las decisiones no son las más adecuadas o se toman extemporáneamente, etc… y no estamos hablando para grandes empresas sino cualquier pequeño proyecto que va a precisar – en su justa medida- de estos apoyos para poder competir en su propio mercado.
Nuestro consejo como Asesores para Emprendedores
Ponderar, pero no escatimar recursos en estas áreas, va a ser mayor gasto a corto plazo, pero la mejor inversión a medio y largo plazo, elegir con mucha atención quien puede ayudarnos mejor y dedicar una parte de nuestro tiempo a entender la información y propuestas que éstos nos transfieran para acertar en la toma de decisiones.
Sobre el autor:
Asesor Financiero
Miquel Valls – Asesores Fiscales y Financieros