A lo largo de nuestra trayectoria como empresarios es probable que, en algún momento, tengamos que recurrir a una entidad financiera para obtener la inyección económica suficiente que necesitamos para impulsar nuestro proyecto. Si esto ocurre es conveniente que recurramos a la asesoría económico-financiera por parte de expertos para que nos guíe y acompañe adecuadamente en ese proceso. El informe comercial es un documento que un banco puede solicitar con el objetivo de obtener datos acerca de nuestra actividad económica y analizar nuestra capacidad para poder devolver el dinero que nos haya prestado.
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El criterio de la entidad financiera después de leer y contrastar la información aportada en este informe comercial determinará si finalmente tendremos acceso a crédito, así como las condiciones del mismo. En España, el artículo 29 de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD – Ley Orgánica 15/1999) regula la prestación de servicios de información sobre solvencia patrimonial y crédito.
Aspectos clave en la elaboración del informe comercial
Un informe comercial debe recopilar todos los datos básicos del negocio, como el nombre, domicilio, la razón social, cuáles son las marcas comerciales que tiene registradas para explotar, y finalmente, cuál es su naturaleza jurídica. Además debe ofrecer información detallada sobre el tipo de actividad que se desempeña o se va a desempeñar, así como datos lo más concretos posibles sobre el modelo y el plan de negocio.
Otro aspecto fundamental es el del equipo humano que hay detrás de la empresa, ya que finalmente, una idea de negocio no es nada sin un colectivo de personas detrás que lo ejecute. Deberemos describir a los miembros del equipo que va formar parte del proyecto, ofreciendo datos sobre su trayectoria, experiencia y formación académica.
Además tendremos que aportar documentación acerca de la estructura de capital de la empresa, es decir, cómo está repartido el accionariado. Otra información valiosa es la que tiene que ver con los inmuebles en los que se va a llevar a cabo la actividad económica, y si su régimen es de propiedad o de alquiler.
La entidad financiera exigirá conocer cuál ha sido el histórico de facturación en los últimos ejercicios y pedirá datos acerca de los mercados en los que la empresa opera (local, regional, nacional, internacional…). También nos solicitará datos sobre nuestra relación con los proveedores y los clientes.
Toda esta información será de gran utilidad al banco para evaluar el riesgo que asume al prestarnos dinero. Además, valorará positivamente la claridad y la objetividad de los datos que seamos capaces de aportar y de esta manera podremos negociar unas condiciones un poco más favorables.
Sobre el autor:
Especialista en Finanzas
Miquel Valls – Asesores Fiscales y Financieros